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POR OCHO RAZONES IV

POR OCHO RAZONES

CINTA 4

¡Ya está subida la cinta número 4!


En este caso, el profesor secreto de esta cuarta cinta de POR OCHO RAZONES, es Michael Thomas Bennett.


Hablamos de Aprendizaje basado en proyectos (ABP), un siglo después de sus inicios, entonces ¿Por qué lo hacemos desde la asignatura de innovación? Pues está claro ya que permite al alumno desarrollar su capacidad innovadora en el aula, nos ofrece un marco sobre el que explorar su creatividad.


Un proyecto es un proceso en el que los alumnos toman las riendas de su aprendizaje, descubren capacidades, dificultades y logran una meta final.



Pero, ¿Qué es entonces el ABP? Pues es una estrategia de enseñanza donde la adquisición de conocimientos cobra la misma importancia que el “para qué” de ese aprendizaje. Desde esta forma de trabajo se pretende que el alumnado trabaje de forma activa en su aprendizaje, de manera que todos puedan trabajar de forma inclusiva y construir socialmente su conocimiento.


Condiciones básicas o generales para que un proyecto tenga sentido

  • Que los alumnos estén convencidos de que es algo que quieren o les interesa hacer.

  • Que tenga un objetivo formativo / educativo.

Condiciones imprescindibles de cualquier proyecto

  • Que desarrolle contenidos significativos: Un proyecto no puede abarcar la misma gama de contenidos que otro tipo de metodologías, pero permite trabajar esos contenidos con más profundidad. Por eso, los profesores deben escoger los contenidos, objetivos y competencias más significativos para el proyecto, tomando como referencia el currículo y lo que es más importante desde su punto de vista.

  • Que parta de la necesidad de saber: Los profesores pueden motivar esa necesidad de conocer cosas nuevas y desarrollar el proyecto mediante una actividad inicial que despierte el interés y dé pie a las preguntas. Puede ser un vídeo, un debate, un invitado en clase, un libro…

Elementos básicos que deben aparecer en cualquier proyecto

  • Una pregunta guía (Driving question): Una vez planteada la situación, es necesario crear una pregunta hacia cuya respuesta se dirija el trabajo. Debe ser clara, tener una respuesta abierta y conectar con las competencias y conocimientos que los alumnos deben trabajar y adquirir. Este elemento es básico y debe estar presente siempre. Un ejemplo. Si estamos trabajando un tema de literatura contemporánea: ¿Cómo podríamos compartir con nuestros abuelos lo que hemos aprendido sobre un libro?

  • Dar autonomía a los estudiantes (voice and choice): Durante el trabajo, los alumnos tienen que ser los protagonistas: opinar, elegir y tomar las decisiones. No obstante, es necesario adaptar este planteamiento general a la realidad del aula. Así que pueden establecerse diferentes niveles de “autonomía”:

  • Nivel más bajo. Puede decirse a los alumnos qué tema tienen que estudiar e incluso como diseñar, crear y presentar los productos finales.

  • Nivel intermedio. Dar una serie de opciones (limitadas) para evitar que los alumnos se vean desbordados por las posibilidades.

  • Nivel alto. Todas las decisiones corresponden a los alumnos, por ejemplo qué producto hacer, qué proceso seguir. Incluso pueden elegir el tema y la pregunta inicial.

  • Incluir el trabajo de las habilidades / competencias del siglo XXI: Estas habilidades son: colaboración, comunicación, pensamiento crítico y uso de las nuevas tecnologías:

Deben enseñarse explícitamente (dando guías, consejos, materiales) y además ofrecer oportunidades para que los alumnos las pongan en práctica a través de las tareas y actividades propuestas en el proyecto. Es decir: para crear un recurso virtual (un mapa por ejemplo) podemos dar a los alumnos un tutorial sobre cómo crearlos pero además nuestro proyecto deberá contener una tarea en la que los alumnos creen un mapa digital que sirva para presentar contenidos, apoyar alguna exposición, realizar un trabajo de colaboración…

  • Investigación e innovación: La investigación real tiene lugar cuando los alumnos siguen un proceso como este: plantean sus propias preguntas, buscan recursos y responden a esas preguntas, generan dudas y cuestionan, revisan y establecen conclusiones. Esta investigación trae consigo la innovación real: surgen nuevas preguntas, nuevos productos y nuevas soluciones.

Las nuevas dudas que surgen deben incorporarse paulatinamente. Se trata en definitiva de promover la generación de dudas, la crítica y la colaboración.


  • Revisión y retroalimentación: Mientras trabajan, revisan unos a otros sus trabajos tomando como referencia las rúbricas y los ejemplos. Es necesario enseñar a los alumnos a evaluar el trabajo de otros tomando como referencia las rúbricas. Incluso podemos recurrir a expertos y colaboradores externos para evaluar el trabajo. Por ejemplo, si organizamos una exposición sobre la salud ¿Por qué no invitar a personal sanitario de los centros médicos de la zona?


  • Presentación pública del trabajo: El ideal es presentarlo no solo a los profesores y compañeros sino trabajar con la idea de un producto que se va a presentar a una audiencia general y que va a ser puesto a disposición de todos.


De aquí pueden derivar diferentes formatos y recursos para poner los productos generados a disposición de todos. Todo dependerá de las características de los grupos clase con los que trabajemos. Puede hacerse a una exposición (con la ayuda de una presentación, un vídeo) en el aula pero también crear una página web o hacer una exposición de trabajos a la que estén invitados padres, alumnos de otros centros…


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